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domingo, 18 de diciembre de 2011

VEGA DE LOS ÁRBOLES/INVIERNO

LA MÁQUINA DEL TIEMPO
            Me desperté el primero, fui directo a la ventana, y me asomé a la calle, el suelo estaba cubierto de nieve, habría unos veinte centímetros, era muy temprano, y el manto de nieve estaba inmaculado, nadie había pisado todavía. Mis hermanos todavía no se habían despertado, cogí mis botas de agua, mi abrigo, los guantes y un gorro de lana que me había hecho mi madre.
            Cuando salí, ya asomaba el sol, y hacía un frío tremendo. Fui el primero en pisar aquella nieve. ¡Chas! ¡Chas! ¡Chas!, sonaba la nieve bajo mis botas. Me fui caminando hacia el camino de la “Regada” en dirección al “soto de abajo”, los árboles estaban cubiertos de nieve, y los pájaros revoloteaban por entre las zarzas. Vi un zorro en el medio de un prado, seguramente intentando cazar algún ratón, su pelaje rojizo, contrastaba con la blancura de la nieve, y parecía una llama de fuego. Se asustó al verme, y corrió hacía la espesura de la margen del río, entonces me dirigí también hacia allí. Al llegar al plantío que precede a la orilla del río, pude comprobar que los animales sí que habían madrugado, sus huellas estaban por todas partes, ratones, grajos, aquel zorro, y varios perros, habían dejado surcos por todas partes.
            El río se veía majestuoso entre la nieve. Caminé hasta el campo de futbol, y luego volví a casa, mis hermanos ya se habían levantado, y mi madre estaba haciendo chocolate acompañado de unos churros. Estábamos impacientes por salir a buscar al resto de los chicos para jugar en la nieve.
            Entre todos hicimos un muñeco enorme de nieve, le pusimos un gorro de paja roto, un palo retorcido de negrillo a modo de bastón, unas piedras como botones, porque no había tiempo para buscar pedazos de carbón, y, finalmente, a falta de zanahoria, le pusimos una pequeña remolacha como nariz, con lo que parecía gracioso el muy narigón.
            El muñeco nos llevó muy poco tiempo, así que cogimos unos trozos de plástico y sacos, para improvisar los trineos que ninguno teníamos.
            En las vacaciones de Navidad éramos unos cuantos.
            Nos dirigimos hacia las pendientes de “la cuesta” que estaban orientadas hacia el pueblo, seguro que se nos veía entre las ramas desnudas de los árboles, con aquellos abrigos de colores, deslizándonos por la nieve sin ningún sistema de frenado, bajábamos y subíamos, nos caíamos, se nos daba la vuelta el plástico y bajábamos de espalda, de dos en dos, de tres en tres, las manos congeladas, y a pesar de la ropa, llegamos a la hora de comer empapados y agotados.
            Después de comer, la tarde enseguida se puso muy fría, y aprovechando la poca luz del sol que quedaba, fuimos a un pajar para hacer casetas con los fardos de hierba y alfalfa, hacíamos casetas y túneles. Y jugábamos a cualquier cosa.
            Más tarde fuimos a merendar, y luego quedamos en el “cuartín” de la iglesia con la estufa encendida, y fantaseamos con la idea de que al derretirse toda aquella nieve y muchísima más que habría caído en la montaña, se desbordaría el río, como todos los años, durante unos días, y al volver a su caudal normal, nos dejaría inundado el prado de “la era” con un palmo de agua, que al congelarse en enero, nos daría un nuevo lugar de juego, para patinar.
            Nos despedimos con la idea de juntar una patatas para hacerlas al día siguiente entre las brasas del fuego que haríamos en el “colmenar”, que tenía un pequeño tejadillo para resguardarnos de la lluvia o la nieve. Lástima que al final termináramos siempre jugando a guerra de bolas de nieve entre los nogales y los avellanos, olvidándonos de resguardarnos del frío.
            Al irnos para casa nos intercambiamos los tebeos de Asteix y Obelix, Mortadelo y Filemón, etc, para la noche.
            Eran los tiempos sin video consolas, sin televisión en color, todo quedaba a merced de improvisar imaginando nuevas maneras de divertirnos. No voy a contar las trastadas, que algunas todavía están sin resolver.
            Ya no se desborda el río, porque hay un pantano que regula su caudal.
De nuevo utilizo esta foto  tomada por Miguel Angel (creo), desde la torre de la iglesia.


Ya que se acercan los días festivos, os dejo estas letras de Neftalí de la Varga, vecino de Vega de los Árboles, que no se si todos los del pueblo las conocen.


CON EL ALBA FRÍA

Con el alba fría llegó,

con el alba…

la tierra tirita;

el cielo está en calma.

*

Llegó sigiloso

cual sol mañanero

que al verter sus oros

rien tierra y cielo.

*

Los ángeles, sones

de gloria entonaron.

Humildes pastores

fueron a adorarlo.

*

Que nació criatura

siendo Creador;

que una Virgen pura

a Dios alumbró.

*

Con el alba fría

llegó… Con el alba

la tierra alucina

y el cielo se pasma…

*

Que al que ven los dos

es el Hombre-Dios.


31 comentarios:

raspa dijo...

Suena a añoranzas...a melancolía del tiempo pasado, a veces suele ocurrir que en estas fechas las personas recuerden cómo vivían antes...
te dejo un beso, un achuchón y un guiño :)

Nieves Martín dijo...

Me ha fascinado ese momento de tu realto en que el personaje despierta el primero y ve ese paisaje nevado en la soledad de una mañana helada... será que nunca he vivido un momento así que lo he idealisado y es como un sueño para mí.

Supongo que las letras de Neftalí es un villancico no? al menos a mi me lo parece y lo he leido como tal.
Me encanta esa foto!!!

Un besito :)

Ruben dijo...

Libelu, suena a tantos recuerdos de mi niñez, que me pregunto dónde perdí esos lugares, y lo que es peor, dónde está aquel niño tímido y alegre a la vez.

Ruben dijo...

Nieves, las letras de Talí, efectivamente, son un villancico.
El personaje del relato soy yo, y así era mi infancia, un poco adornado, porque todas esas cosas puede que no sucediesen el mismo día.

Nieves Martín dijo...

Rubén, En un principio pensé que eras tú pero es una historia tan mágica e idílica que pensé que era ficción, cuando cuentas que vistes al zorro pensé, no, esto es ficción... de verdad viste un zorro?...

Pero, es facil verlo o tuviste ese momento de suerte que solo se tiene una ves cada tanto...

Yo también leia los tebeos de Mortadelo y filemón, de echo aún queda alguno por casa que ha sobrevivido. Eran otros tiempos si, donde la imaginación reinaba y como dices las trastadas eran "el pan de cada día".
Felicidades por estos recuerdos, los que lo tenemos somos gente con suerte.
AH!!! el villancico me encanta!

Un besin :)

Mercedes Vendramini dijo...

Hermoso Rubén! desde el principio supe que eras el principal protagonista de la historia. Es que después de leer otros relatos tuyos, sé que tus recuerdos son muy importantes para vos, y son uno de tus temas favoritos!

Hermosa imagen ... bellísimo el villamcico!

Un equilibrio justo entre texto, imagen y poema!

Va mi cariño.

Rafa dijo...

que pena que se siga la nieve a venir de una vez... seguro que disfrutarias bastante, y recuperarias esas cosas que hechas de menos.

pa la nieve yo soy un cabra loca, me encanta cuando nieva, mucho, que haya mucha, hecharme al monte, da igual agotarse y demas.
mañana queda mi hermano de vacaciones, y queremos subir al nevadin, que queda aqui cerca, nunca subi, pero me gustaria que hubiera mucha nieve.

Ruben dijo...

Mercedes, desde esta distancia en el tiempo, creo que le doy otro valor a mi infancia, y mis recuerdos se han revalorizado.

Ruben dijo...

Eddie, la nieve vendrá esta semana con la llegada del invierno, no se muy bien donde es el nevadín, me informaré, aunque no puedo pasarme por caboalles porque estoy para otro lado y no me queda ni un minuto en este trasiego de las navidades.

raspa dijo...

"dónde está aquel niño tímido y alegre a la vez."

pues creció y se hizo un hombre, un marido y un papá...pero está dentro de ti cada vez que miras atrás, cada vez que escribes "algo", cada vez que miras a tus hij@s y vez algo de ti...

eres un hombre bueno y tienes sentido del humor,
estás fechas son la leche y hacen que uno se entristezca...

Rafa dijo...

no sé yo, habra que resignarse, xd...

el nevadin, queda en le quinto pino.
sabes donde queda Rabanal? el de laciana eh. pues esa montaña toda pelada, que tiene unas peñas en el pico, ese es el nevadin, el pico más alto de laciana, creo, no estoy seguro, igual es el muxiven, he de mirarlo.
si subo, ya cuelgo unas fotos.

Pluma Roja dijo...

Siempre guardamos en la memoria las aventuras de cuando fuimos niños, a mi me encantaba contarle a mis hijos las travesuras y las aventuras que corrí en mi niñez y juventud. Me encanta tu relato, muy bien descrito el zorro entre la nieve lo vi con su pelaje rojo correr entre la nieve. Yo no soy de tu pueblo pero he de decirte que el poema que dejas puede catalogarse universal. Muy bello y musical.

Quiero desearte unas Fiestas llenas de alegría en compañía de tu familia, de tus bellas hijas y que el año 2012 sea lleno de salud y alegría.

Hasta pronto Rubén

Eduardo Fanegas de la Fuente dijo...

Qué recuerdo más bonitos de tiempos pasados. Serán tus hijos ahora quienes hagan esas trastadas en el pueblo. Qué suerte tener un lugar así :-)

El tejón dijo...

Me gustó mucho la entrada porque me veo reflejado en ella.
Un saludo.

Sese dijo...

Ya no se desborda el río ni seguramente las nuevas generaciones tienen esa imaginación que os permitía pasaroslo bien con cualquier cosa.

Son otros tiempos ni mejores ni peores, como diría Buenafuente, simplemente diferentes.

Felices Fiestas, Ruben

Midala dijo...

quisiera poder leeros ya pero aun me es imposible.Solo me paso a desearos felices fiestas y a mandaros milllllllllllllll besitossss porque os echo muchiiiiisimo de menos!!!!!

Sue dijo...

Uala! qué frío! si aquí hace frío sin nieve no me imagino allí, aunque al sol se debe estar de PM. Bonito y navideño post, no podía ser de otra manera.

Felices días para ti y toda la family, Rubén.

Alfredo dijo...

¡Felices fiestas Rubén!
Supongo que ya ha caído nieve y te ha llenado de nostalgia.
Salu2.

Ruben dijo...

Libelu,no estoy triste por las fechas, y el niño aquel, creo que ya no exite hace tiempo, solo cuando me sobrevienen las lágrimas, porque todavía hoy tengo el triste defecto de ahogarme en un vaso de agua.

Ruben dijo...

Eddie, claro que sé donde está Rabanal, lo que no se es si eso es más alto que el muxiven, ya me contarás.

Ruben dijo...

Pluma roja, es un placer recibir tus palabras en mi humilde blog, que engrandeces con tus comentarios, muchas gracias.

Ruben dijo...

Eduardo, los lugares de mi infancia se han perdido entre las raices arrancadas en la concentración parcelaria.

Ruben dijo...

Tejón, se que compartes conmigo tu amor por la naturaleza y los animales, y por eso te ves reflejado en la entrada.

Ruben dijo...

Sese, son diferentes, y en su día ellos echarán de menos estos tiempos, eso seguro.

Ruben dijo...

Midala, espero que puedas ver pronto, porque este mundo de los blog está huérfano sin tí.

Ruben dijo...

Gracias, Sue, se que tus palabras son sinceras, porque leyendo tus entradas, se que eres sincera con todas las consecuencias.

Ruben dijo...

Alfredo, poquita nieve, muchita nostalgia.

Rafa dijo...

lo acabo de mirar Ruben, el cornón es el pico más alto de laciana, luego el muxiven, creo :)

raspa dijo...

no te ahogue Ruben!
que tengas una feliz navidad...(aunque no te gusten estas fechas)
besos!

Anónimo dijo...

Yo también cambiaba tbeos de Axterix y Obelix, a Mortadelo no terminaba de pillarle el punto, prefería al botones Sacarino y sobre todo el trece rue del percebe...

Me ha gustado mucho el post, también los comentarios, aciertan los que dicen que la infancia es nuestra única patria, que suerte que a nosotros nos haya tocado una patria tan hermosa.

Un abrazo

Ruben dijo...

Si Alma, sigo diciendo que a medida que se distancia en el tiempo la infancia, se revaloriza.