Asomado a veinticinco metros de altura en la azotea del edificio, se debatía entre saltar al vacío o, por el contrario, darse la vuelta y entrar de nuevo en el interior para regresar al banquete.
Era la boda de su ex mujer, la buena relación que tenían, había hecho que ella no dudase en invitarle.
Pero él, sufría lo indecible, todavía la quería. Si su matrimonio había fracasado, era por el poco tiempo que le dedicó a su esposa mientras estuvieron casados. Era camionero entonces de una ruta internacional. Puede que si hubiesen tenido hijos, se hubiese buscado la forma de estar más tiempo en casa, pero éstos no llegaron.
Cuando se divorciaron, ella ya estaba con el hombre que hoy la desposaba. Para colmo, no podía odiar a su sustituto, porque era tan buena persona que se hacía imposible albergar malos sentimientos hacia él.
Llevaba tres años solo, más solo que la una, no había nadie en su vida. Había cambiado de trabajo, y ahora estaba siempre aquí, había abierto una pequeña pastelería donde también ponía café. El hombre que hoy se casaba con la que fue su mujer, era quien le había prestado el dinero, y no solo eso, cada día se pasaba a ayudarle o a sustituirle si él necesitaba hacer algún recado.
No podía por menos que alegrarse por la felicidad de su esposa y de aquel hombre, pero tampoco podía evitar quererlos a ambos y le resultaba muy difícil superar la ceremonia y el banquete.
Y allí estaba, sentado en el borde de la azotea con los pies colgando en el vacío. Solo… solo no…
Aunque no podía verlo, por su derecha, venía caminando hacia él la Muerte.
Por su izquierda se acercaba el Demonio.
MUERTE: ¿Qué haces aquí? Demonio.
DEMONIO: Vengo por el alma de este infeliz.
MUERTE: Eres como un buitre. Me dan ganas de que se resbale y así sea un accidente y no un suicidio.
DEMONIO: ¿Qué más te da a ti lo que pase con su alma?
MUERTE: Me da igual, es solo por fastidiarte, lo mismo que me fastidia a mí que me sigas a todos lados.
DEMONIO: Es solo para comprobar que no haces trampas.
MUERTE: ¡Yo trampas!
DEMONIO: ¡Claro! Lo acabas de decir, quieres quitarme a un suicida que es el mejor candidato para acompañarme al infierno.
MUERTE: Y sin embargo, eso es de lo único que te informaste, no sabes nada de la vida de este hombre…
DEMONIO: Ahora me dirás que es un hombre bueno que se puede redimir.
MUERTE: Sí, eso es más o menos lo que es.
DEMONIO: Entonces, ¿dónde ves tú un ángel, o a Dios, o a un arcángel por aquí que reclame su alma?
MUERTE: Tú eres el único buitre que me sigue.
DEMONIO: Pero… sin embargo, tú vienes a llevártelo.
MUERTE: Pues hoy, lo mismo cambio de opinión.
DEMONIO: No creo, este ya es mío.
Estando la Muerte y el Demonio enfrascados en la conversación, no se percataron de que una mujer había hecho su aparición en la azotea.
MUJER: ¿No estarás pensando en tirarte al vacío en la boda de mí hermana, el amor de tu vida, tu exmujer?
SUICIDA: ¡Ya ves!, mi vida no tiene sentido, si no me he tirado es por no amargarles el día.
MUJER: Hay más mujeres en el mundo.
SUICIDA: Pero no les conviene una persona como yo…
MUJER: ¡Pero si tu eres muy bueno!
SUICIDA: Eso lo dices tú, porque siempre te he caído bien.
MUJER: Eso lo digo yo porque es verdad.
SUICIDA: Tú qué me quieres bien.
MUJER: No lo sabes tú bien lo que yo te quiero.
El suicida miró a la mujer desde una nueva perspectiva y muy sorprendido.
SUICIDA: No se si he interpretado bien lo que me estás diciendo.
La mujer le cogió la mano, le separó del abismo, se puso frente a él, la otra mano, la apoyó sobre el pecho agarrando con fuerza la corbata, tiró un poquito hacia sí misma y le dio un corto y efímero beso en los labios.
MUJER: Si no te tiras, me quedo a tu lado para siempre.
EXSUICIDA: ¿Y tu novio?
MUJER: Yo no tengo novio porque llevo años obsesionada contigo.
EXSUICIDA: Seguro que es por pena.
MUJER: Pena me das mucha, pero no puedo dejar que te tires ¡menudo desperdicio!
Y los dos regresaron de la mano hacia el comedor… hacia el futuro… hacia una nueva oportunidad.
DEMONIO: ¡Eh! ¿Qué ha pasado?
MUERTE: Que de momento te has quedado sin nada.
DEMONIO: Me has hecho trampa ¿de dónde has sacado a esa mujer? Perooo… ¿quién es?
MUERTE: Yo no lo sé, pero a juzgar por el aura de felicidad y amor que desprende, lo mismo hasta es un ángel o un arcángel reclamando a un hombre bueno.