DÍA 31 DE DICIEMBRE
El día empezó muy bien, hasta media mañana, Nacho estuvo de un lado a otro medio de fiesta, la oficina entera estaba alegre por el fin de año, llevaban una semana de duro trabajo para afrontar esta fecha sin sobresaltos y poder irse pronto a su casa.
Nacho ya había disfrutado sus vacaciones, y no podría ir a su ciudad, pero su novia le había invitado a pasar la cena de fin de año con su familia, a la cual no conocía, razón por la que estaba tan nervioso.
A las doce y media de la mañana le llamaron al despacho del jefe.
Había un problema con los ordenadores, y tres de los casos de Nacho se habían visto afectados. Era perito en un seguro, y tres de sus casos tenían que ser indemnizados con cantidades que rondaban los 4000 euros. Por culpa del error informático, a día 31 todavía no habían cobrado y si no lo hacían antes de terminar el día, la empresa aseguradora tendría que pagar intereses y cierto recargo, con lo cual, le dieron tres cheques y sus respectivos acuses de recibo para entregarlos en ese día fuese como fuese.
El día se acababa de complicar, eran las 13:00 horas cuando cogió su coche para dirigirse al primer punto en la localidad de Cimanes del Tejar, distaba unos 25 minutos de la ciudad de León, y para cuando llegó eran y media, conocía la casa de sobra, estaba al final de una calle, tan al final, que el tramo asfaltado terminaba antes de llegar, un pequeño reguero cruzaba por delante de la casa, y unas tablas irregulares sobre el reguero, servían de acceso a la puerta sin timbre. La casa era de planta baja, ventanas de madera con enormes grietas y cristales tan sencillos, que el frío entraba y el calor salía.
El caso había sido un pequeño accidente cuando el individuo venía en bicicleta por la carretera, y un coche le había tocado levemente, tirándole a la cuneta, 4012 euros de indemnización. A ver si con ellos podía adecentar un poco esa pequeña casa.
Se pasó varios minutos gritando y golpeando la puerta, el vecino más próximo le miraba desde su cocina, como apostando consigo mismo si Nacho conseguiría despertar a su vecino que había llegado de madrugada borracho como una cuba.
Cuando por fin se abrió la puerta, el hombre estaba en ropa interior, se tambaleaba y apenas era capaz de articular palabra, una estufa de leña apagada presidía la estancia, el tubo de la chimenea salía por un agujero mal protegido, que cualquier día ocasionaría un incendio, sobre la mesa, restos de comida y algo derramado que lamían hambrientos un par de gatos, la suciedad del lugar le angustiaba, y la oleada de mal olor que desprendía el interior le indujo a no traspasar el umbral. Trabajo le costó conseguir una firma decente de aquel hombre, que tuvo que buscar su D.N.I. en una chaqueta, sobre la que dormitaba un tercer gato.
Para cuando se fue de Cimanes, eran las dos de la tarde, y sin comer.
Su siguiente parada era en un chalet impresionante en Carbajal de la Legua, al lado de León. Desde allí, podría comer en algún sitio.
Al principio no le abrían la puerta de acceso a la urbanización de lujo, nadie le contestaba, eran las tres menos cuarto cuando un coche entró y se coló detrás.
Una vez a la puerta de la enorme casa de dos plantas, con un enorme jardín, su piscina, y su enorme cochera para varios coches caros, descubrió que el coche que entraba, tras el que se coló, era de aquella misma casa. Era el chófer, que iba solo en busca de su jefe.
Nacho pensaba que no habría nadie en casa, ya que no le habían contestado al telefonillo. Pero una vez dentro de la casa, descubrió a un adolescente enfrascado en una enorme pantalla de televisión jugando a un video juego, quejándose de que era el 3 y no el 2 el juego que había pedido. Su padre, sin hacer caso de Nacho se giró hacia el chófer interrogándole con la mirada.
-El 3 está agotado, y no ha podido ser.
-¿Cuánto vale el 3?
-68 euros
-Pues toma, ofrece 120, y ponlo en internet, o arréglatelas como puedas. Y no te olvides que esta noche a las 12 y veinticinco, tienes que estar aquí para recogernos para llevarnos a la sala de fiestas.
Nacho sacó rápidamente el talón, explicó de qué se trataba, un vehículo apenas había rozado el carísimo coche de este ricachón, pero en un coche tan caro, con ese pequeño incidente, los costes se elevaban a 4231 euros. El hombre firmó el acuse de recibo, y depositó el cheque encima de un piano sin darle mayor importancia.
El chófer esperaba para que Nacho apartase su coche.
-¿Dónde voy yo ahora a buscar ese dichoso juego? Ni aunque ponga la oferta de 120 euros en ebay.
-Mire –dijo Nacho- tengo ese juego en el coche para mi sobrino, al que no voy a ver en un mes, se lo queda usted, y nos quedamos 25 euros cada uno de lo que sobra de los 120 euros, y así usted descansa toda la tarde en vez de buscar el dichoso juego por todos lados, que yo antes de un mes ya lo conseguiré.
-No sabe usted el favor que me hace.
Nacho se lo imaginaba, para llegar a las 12 y veinticinco de la noche a esa casa, tendría que comerse la última uva en el coche. Tanto dinero se subía a la cabeza más que una botella de vino. Es que salía indignado, pensando que el chico y el padre se encontraban en la casa, y no le habían contestado al telefonillo.
Salió de aquella urbanización a las tres y media pasadas, y sin comer, siendo el día que era, si se entretenía en buscar un restaurante y esperar a comer, se le vendría la noche encima. Decidió seguir adelante con su último talón.
Tenía que desplazarse a un pueblo situado en la carretera de Valladolid cerca ya del límite de la provincia, cuando llegó eran las cuatro y media de la tarde, eran un par de familias que tenían las casas una al lado de la otra, eran todos familia, y sus padres vivían al otro lado de la calle en una casa grande.
Cuando llegó, no contestaba nadie en ninguna de las casas, de la casa de enfrente salió la madre diciéndole que estaban a punto de llegar, que llevaban toda la mañana intentando cubrir el tejado del almacén que se estaba reparando y como se pronosticaba lluvia y nieve, había que taparlo todo.
-No han venido a comer.
En ese momento, ya casi a las cinco de la tarde, llegaban siete personas riendo a pesar del cansancio y de no haber comido, satisfechos de haber terminado.
Cuando les comunicó que venía para traer el cheque de 4122 euros de los arreglos de un pequeño incendio en la cocina de su casa, se pusieron muy contentos, a pesar de que ese dinero era prácticamente el que se habían gastado en la reparación, y no se beneficiaban en nada, estallaron en júbilo.
-Bueno, disculpe que no le demos conversación, pero es que no hemos comido.
-Pues miren, yo tampoco, el día se me complicó mucho, así que espero que esta noche lo pueda compensar en la cena.
-¡Ah no!, si no ha comido usted, ahora mismo se pone un plato más, que donde comen dos comen tres.
Al entrar en la casa grande de los padres, donde se disponían todos a comer, los niños reían y alborotaban alrededor de una mesa repleta de postres y dulces para la cena de la Nochevieja, todos bromeaban sobre el bullicio que creaban los niños. Se sintió muy cómodo con aquella gente, entre bromas y gente alegre a pesar del cansancio. Los hombres apenas comieron y se fueron para atender al ganado de nuevo para terminar pronto ese día. Las mujeres ayudaron con el enorme despliegue de la cocina entre postres y dulces. Los niños se entretenían colocando los papeles de las magdalenas que se iban a hornear.
Antes de irse le envolvieron unos dulces caseros, unas pastas deliciosas y unas magdalenas tan esponjosas y sabrosas, que le recordaban a su abuela.
Era ya noche cerrada, y cuando llegó a casa, su novia le esperaba emocionada por la cena con su familia. Estaba radiante, le contó su día, y Nacho se mantuvo callado, no hacía otra cosa que pensar en que había terminado de comer a las seis de la tarde y que no tendría mucha hambre, pero sobre todo, no dejaba de pensar en qué tipo de familia le tocaría en suerte para cenar, borró en un instante al pobre borracho y al ricachón.
Estaba muy cansado, y durante el viaje hacia la vivienda de la familia de su novia se adormeció mientras ella conducía, al llegar no sabía muy bien dónde estaba, se encontraba desubicado…
Cuando entró…
-¡Hombre!, ¿tanto te gustó la comida que ya está usted otra vez aquí?
-¿Esta es tu familia?- preguntó Nacho.
-No, si ya decía yo que estas magdalenas sabían igual que las de mi madre.
Y así fue como aquel año le tocó la lotería a Nacho. Enseguida los niños gritaban.
-Ha vuelto Nacho, ha vuelto nacho.
Muy bonito, a veces no es tan terrible conocer a la familia política, ;)
ResponderEliminarVir, Gracias, el final se me ocurrió de forma improvisada, en el último momento, hice regresar a Nacho...
ResponderEliminarRuben :mira chico eres un cielo has logrado hacerme reir despues de unos dias de gripe y en cama ...pero tu ocurrencia de de en tu corazón puede encontrarse cualquier cosa.... mira a carcajadas ,si mi hermano lo sabe que me he reido con lo seriote que es ,jajajajaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarbueno empezaremos el año bien tendras que pasar a hacerme sonreir por lo menos ...te mereces un besoteeeeeeeeeeeeeeeeee0
Marina
Lo que nos hace recordar que a parte de estras fechas deberíamos ser buenas personas el resto del año.
ResponderEliminarSaludos
!!Hola Ruben!!
ResponderEliminarUn relato maravilloso,me ha gustado muchisimo.
Y de el saco q nunca sabemos lo q nos deparara el destino,q el esfuerzo es premiado,y q en cualquier momento y lugar te puedes encontrar gente autentica y verdadera.!!Feliz Navidad!!
Un saludo y gracias por tu visita a mi humilde espacio :)
Que bonita historia!!!
ResponderEliminarSabes, mietras que la leia me recordaba a al película "Que bello es vivir", donde el espítitu navideño y la buena suerte de su protagonista tiene que ver con la buena persona que es.
mme encantó, me encantó de verdad!!!
Besitos :)
Marina, en los próximos días, todos nos vamos a reir por aquí, lo prometo, y lo cumpliré..
ResponderEliminarSese, somos unos hipócritas, lo mismo ahora que en Semana Santa, yo intento ser siempre el mismo, pero soy tan imprevisible, que mis reacciones, a veces me sorprenden a mi mismo.
ResponderEliminarLady Celeste, tu humilde blog, como lo llamas, no es ni más ni menos que como el mio, si me paré por allí, es porque me gustó.
ResponderEliminarGracias a tí, por devolver, no solo la visita, sino también el comentario.
Nieves, el final no era así, vino el solo, casi sin darme cuenta.
ResponderEliminarUn verdadero cuento de Navidad Rubén!!!
ResponderEliminarEs buenísimo, me encantó! El final fue una sorpresa! No me lo esperaba y me parece genial!
FELICITACIONES!!!
Saludos y muy feliz 2012!
Mercedes, el final sobrevino solo, tenía pensada otra cosa, pero este final se abrió paso en mi cabeza como si tuviese vida propia.
ResponderEliminarRubén...sigues siendo genial en tus historias, llenas de sutil filosofía y fino sentido del humor. Estupendo broche de oro en el final (esto es lo que convierte a una historia buena en una historia excelente).
ResponderEliminarFeliz navidad para ti y para tus seres queridos, y gracias por tu compañía a lo largo del año. Deseo que sigamos compartiendo lecturas y creciendo juntos, cuando el tiempo disponible nos acompañe.
Besos
Ana, de verdad que disfruto de cada blog, de cada comentario y de cada lectura, me resulta tranquilizador saber que al encender mi ordenador, encontraré, seguro, bellas palabras y originales entradas.
ResponderEliminarTen la certeza de que seguiré tu blog en el 2012.
me encanto, ya me hacia falta leerte, que bueno haberte descubierto un dia, y que ya no seas el mismo que cuando te conocì, tus historias fascinantes, son muy buenas, seguirè leyendo mientras pueda.
ResponderEliminarQué bueno el relato, me ha encantado. Siempre me envuelven tus palabras y me transportan. Da gusto leer algo así un día como hoy en en trabajo, un abrazo y que tengas una buena entrada de año y un mejor 2012!!
ResponderEliminarNo la empecé a recordar hasta llevar la mitad leído, me ha gustado tanto como la primera vez, uy que raro suena este comentario.... Bueno tu ya me entiendes.
ResponderEliminar:)
Un besote!!!