Hacía tiempo que no venía a mi barrio de la infancia, puede que 20 años, no lo se con certeza, así que, lo primero, visita al bar.
- Aquí está mi chica, igual de guapa que siempre - le espeté a mi prima Angela que seguía regentando el bar de la esquina.
Nos fundimos en un abrazo, y se nos atropellaban las preguntas...
-¡Mamá, mamá! -nos interrumpió un niño, que era idéntico que mi amigo Fernando-
-Así que... -dije- al final te casaste con Fernando.
-¡No! -gritó- ¡No!...
(silencio)
-Me casé con Juan José... -dijo sin gritar-.
(Más silencio)
-¡Calla! - susurró- Por favor... no digas nada... ´- tartamudeó.
4 comentarios:
Ruben en primer lugar gracias por tu vuelta hacía falta tu buena narrativa, a algunas personas que tienen mucho que decir se las echa de menos, en segundo lugar no descubras el desliz.
Un abrazo.
Pues bien vuelto y bien hallado, amigo!
Y vaya, vaya con las cosas dela vida...!
Un abrazote!
;)
Vaya por dios!! Se ve en el barrio se viven historias intensas.
Este chico es listo de todas formas, ha sido llegar y dar en la diana.
Feliz día Rubén
;D
Se te echaba de menos amigo. Y en cuanto al parecido del niño...Seguro que alguien más en el pueblo se ha dado cuenta ;-)
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